Pese a que en algunas organizaciones aún se dan modelos de líderes tradicionales caracterizados por un marcado carácter autoritario, vertical y por un fuerte control sobre los empleados, las exigencias de los nuevos mercados están provocando cambios en los modelos de liderazgo.

En la actualidad, a pesar de que gran parte de los altos cargos están ocupados por personas jóvenes, la educación de estos ha estado marcada por la exigencia en los resultados, las tareas monótonas y la inflexibilidad, por lo que esto aún sigue presente en el ámbito laboral. Los nuevos mercados están muy influidos por las nuevas tecnologías y las nuevas generaciones, y factores como el conocimiento, la innovación y la libertad son determinantes para que los resultados sean positivos.

Por ello, las empresas deben enfrentarse a esta renovación derivada de la transformación digital, adaptándose a las mismas mediante la formación especializada en su aprendizaje. Esto, en consonancia con un impulso del pensamiento emprendedor de los empleados, provocará una mejora de las funciones de cada uno y, por lo tanto, los objetivos de negocio se cumplirán.

Otro método para adaptarse a las nuevas formas de trabajo pasa por la interacción entre los equipos de las distintas áreas de la empresa para que de este modo los líderes favorezcan el crecimiento de los trabajadores. Deben conocer las exigencias de los empleados y conocer las ideas que estas nuevas generaciones pueden aportar.